En lo que son mis recuerdos, seguro que se me olvidarán muchas cosas más, bajando del Arco San Martín por lo que es Camino de Santiago y eran unas escaleras empedradas, a la izquierda quedaba el antiguo Hospital de la Cruz Roja, a la derecha nos encontrábamos el Bar Emperador, regentado por Gervasio, y donde se han echado muchas partidas de mus, subastao, chinchorro, dominó y garrafina en horas normales así como el gilé a horas intempestivas con el bar cerrado para unos cuantos clientes asiduos porque se jugaban buenos cuartos.
Un poco más abajo se puso luego el Bar Yoli, regentado por Timoteo y Sara, donde también se echaban partidas y espuelas así como comidas dado que Sara ha sido una cocinera de no te menees.
Un poco más adelante estaba la Peletería de Candi, una de las mejores personas que he conocido, los ultramarinos de Silva, y el zapatero en el portal contiguo.
Enfrente ya nos encontrábamos con la parroquia y seguidamente el convento de la Benedictinas donde tantos niños aprendimos a leer, con Sor Inmaculada, Sor Humildad, Sor Ines y otras muchas monjas.
Enfrente el carbonero, la panadería de los padres de Benito, otros ultramarinos, el Bar el Paraíso y para finalizar la calle, Casa Avelino, regentado por el Sr. Avelino y la Sra. Carmen que dejo su esencia en la cocina a sus sucesores Goyo y Fernanda.Este ha sido un recorrido rápido por la Calle Emperador por mis recuerdos, por la visión del sube y baja de personas, hacia la parroquia , hacia las Benedictinas con los niños, a por carbón, a por pan, etc.. Disculpen los que hayan sido olvidados por mi pobre memoria.
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