Ingredientes y receta
- 500 gramos de judiones
- 1 patata grande
- dos compangos (chorizo, morcilla y panceta)
- una cebolla grande
- dos hojas de laurel
- Media cabeza de ajos
- aceite de oliva virgen
- perejil fresco
- una cucharada de harina tamizada
- pimentón
- sal y una pizca de pimienta.
- Cuando se cocinan legumbres hay que tener en cuenta algo fundamental. Siempre hay que dejarlas en agua la noche anterior para que se ablanden; si no se hace así, no se cocerán y quedarán duras.
- El primer paso es colocar los judiones en un recipiente ancho y alto con un litro de agua y las dos hojas de laurel. Hay que dejar llevar el agua a ebullición con fuego medio-vivo. Cuando rompa a hervir hay que añadir un vaso de agua fría y volver a esperar que hierva; mi madre calificaba esto como ‘darle un susto a las judías’.
- Tras el segundo hervor hay que añadir los chorizos, las morcillas y la panceta y la patata partida en trozos grandes. Antes de meter el compango, como se le denomina en Asturias, conviene pinchar varias veces la piel de los chorizos y las morcillas para que no revienten durante la cocción. Una vez añadida la ‘carne’ hay que bajar el fuego y tapar. Y entonces hay que echarle paciencia. Pasarán entre dos horas y media y tres horas para que podamos seguir con la receta.
- ¿Cómo saber que los judiones ya están listos? Fácil. Hay que sacar un judión y ver que está tierno pero sin deshacerse. Por eso es aconsejable probar a partir de las dos horas y media para evitar que el judión se deshaga. También conviene destapar cada hora para desespumar. Si hacemos esta operación varias veces quitaremos una buena parte de la grasa del cocido.
- Cuando veamos que los judiones están listos hay que volver a la tarea. Picamos la cebolla en juliana muy fina y la pochamos en una sartén con aceite de oliva. Cuando la cebolla esté transparente añadimos una cucharada de harina y una de pimentón.
- El penúltimo paso es pasar por el mortero (machacar) tres dientes de ajo, un poquito de perejil y sal. Ojo no pasarse con la sal que después no hay manera de volver atrás. Mejor quedarse corto y rectificar de sal después que dejar el caldo salado. Posteriormente saca cinco o seis judiones del caldero y añádelos al mortero. Vuelve a machacar hasta conseguir una pasta.
- Es el momento de añadir el sofrito de cebolla, harina y pimentón y mezclar bien para que todo tome un bonito color rojizo. Acto seguido incorpora la pasta que hemos machacado en el mortero y vuelve a mezclar. Hay que mantener el guiso a fuego lento durante otros 15 minutos y rectificar de sal antes de servir o reservar
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